Una de las atracciones más conocidas de Dinamarca es el Museo de Barcos Vikingos de Roskilde, una de las ciudades más importantes del país y que hasta el siglo XV fue su capital.
Si planeas viajar a Copenhague o si estás organizando una ruta en bici por Dinamarca te recomendamos visitar Roskilde y su museo de barcos vikingos.
La ciudad de Roskilde está apenas a 35 km de Copenhague, así que tanto en bicicleta como en transporte público se puede llega en poco tiempo.
Roskilde y su fiordo ofrecen muchas posibilidades para los turistas. Desde acampar en la naturaleza, a realizar rutas en bicicleta o dar una vuelta por el puerto.
En el centro de la ciudad destaca la Catedral gótica que data del siglo XI y que fue de las primeras en ser construidas en ladrillo y que además es la más alta de Dinamarca. En ella reposan los restos de los reyes daneses desde la Edad Media. Destaca entre ellos el famoso Harold Bluetooth (año 985). Está declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Otra atracción importante es el Festival de Roskilde que, desde 1971, es uno de los más importantes de Europa y se celebra cada año en el mes de julio.
El origen del museo de barcos vikingos de Roskilde
En 1962 se recuperaron 5 barcos hundidos en el fondo del fiordo de Roskilde, en la zona de Skuldelev. Se cree que fueron hundidos a propósito para bloquear la entrada de barcos enemigos a la entonces capital del país.
Años más tarde, en 1969, se construyó el museo para exponer los barcos. Entre los distintos barcos hay buques de guerra tipo drakkar o långskip (barco largo) y cargueros tipo knarr.
Los barcos se conocen por los nombres clave:
- Skuldelev I, carguero oceánico de 16 m de eslora
- Skuldelev II, buque de guerra de 30 m de eslora
- Skuldelev III, carguero costero de 14 m de eslora
- Skuldelev IV, buque de guerra de 17 m de eslora
- Skuldelev V, pesquero y carguero de 11 m de eslora
No se han podido restaurar los barcos en su totalidad ya que después de 1000 años bajo el mar la madera está muy deteriorada, así que se han construido también réplicas de tamaño real.
Casi treinta años después, en 1997, se amplió el museo con la construcción de una isla y un puerto donde amarran las réplicas de los barcos vikingos que se pueden visitar y navegar en ellos.
Entre 2000 a 2004 se realizó la reconstrucción del Skudelev II, bautizado como Havhingsten (El Potro Marino), un drakkar de 30 m de eslora y que puede albergar un tripulación de 60 a 70 personas.
Su reconstrucción se realizó en Glendalough, una población cercana a Dublín.
Puedes consultar más información sobre el museo en la web del Vikingeskibsmuseet.